Los perros de raza pura no están exentos de abuso y abandono. Lamentablemente, Kira es un ejemplo. Este dulce y joven cachorro bóxer fue abandonado por su dueño anterior. Nos la denunciaron y cuando llegamos la encontramos en pésimas condiciones. Estaba tirada en el suelo, piel y huesos, y tan débil que apenas podía moverse. Esta pobre cachorra se moría de hambre y no sabíamos por qué. Comió vorazmente pero no pudo retener nada. Después de muchas pruebas, visitas a especialistas, viajes de ida y vuelta a San José, nos dijeron que tenía un parásito raro que le había formado tumores a lo largo de su esófago que le imposibilitaban retener los alimentos. Comenzamos su complicado tratamiento que incluía una silla especial para comer. Kira tenía que sentarse para comer y mantenerse erguida durante 15 minutos después de comer para evitar que regurgitara. Después de 4 meses en hogares de acogida, Kira se recuperó por completo y la transformación fue sencillamente extraordinaria. Pronto fue adoptada y vive feliz con su nueva madre y hermana adoptivas.